Artículo «Las competencias de los profesionales de la orientación» publicado por Educaweb. 11 de Junio del 2012.

«La acreditación de competencias de los profesionales de la orientación es un tema candente que interesa a los expertos del sector. En un contexto de aprendizaje permanente, de mejora continua y partiendo de la voluntad de querer mejorar en el desempeño profesional, evaluar y acreditar competencias es necesario para los profesionales de la orientación académica y profesional.

Conscientes de esta necesidad, en Educaweb hemos planteado un monográfico sobre las competencias de los profesionales de la orientación.

Competencias de los orientadores/as
Como en todos los sectores profesionales, los orientadores/as deben aplicar sus conocimientos, valores y habilidades de forma integral en el ámbito laboral, social y personal.
Por supuesto, nos referimos a las competencias, que permiten, no sólo aplicar la teoría aprendida, sino, ir más allá y ser capaz de enfrentarse a las situaciones cotidianas y a los nuevos retos. Los expertos coinciden en señalar que existen diferentes tipos de competencias en este ámbito; además de las competencias relacionadas con el área profesional se requieren las actitudinales y transversales.

En primer lugar, cabe destacar que para el desarrollo de las funciones del orientador/a, es necesario que el profesional tenga una visión global en diversas disciplinas y sea polivalente. David Pérez Ruiz, identifica las competencias más destacadas clasificándolas en cuatro áreas: Competencias Técnicas, Profesionales, Sociales y Personales.

Julio González Bello, considera que la mayoría de programas de formación sólo han tenido en cuenta las competencias técnicas, y que por eso habría que centrarse en una sola competencia básica que deben poseer los profesionales de la Orientación: actuar con idoneidad en la búsqueda de la formación humana integral con el mayor sentido de responsabilidad, tanto personal como social.

Para Lourdes Villardón, las competencias de los orientadores deben ir encaminadas hacia la adaptación a un futuro incierto. Hoy en día, los profesionales tienen la difícil tarea de orientar a personas con un futuro incierto, desconocido e impredecible. Por eso, considera que la orientación debe cambiar el enfoque y hacer una transición. Ya no se trata de informar y asesorar entre las distintas opciones, sino de ayudar a las personas a convertirse en ciudadanos autónomos, equilibrados y sanos, capaces de responder a las necesidades de un mundo profesional y social cambiante». (…)